domingo, 16 de junio de 2013

EL DERECHO A CREAR




Si hay algo que deseaba con ganas es que llegaran tardes como las de hoy, de calor veraniego y helados en la Plaza de Oriente. Los domingos madrileños invitan a sentarse frente al Palacio Real para ver pasar a la gente mientras escuchas música de arpa.
En esas estaba yo esta tarde, disfrutando de mi cucurucho de limón y menta, y riéndome con ganas.
Cerca de los escalones que dan la cara al palacio dibujaba un ya conocido artista para cualquier madrileño que le guste caminar por el centro.
John Colley es un británico, con larga experiencia en el mundo de la publicidad y la fotografía, que un día decidió cruzar el canal y venirse a España a retratar nuestros maravillosos monumentos de una manera tan sencilla, bonita, limpia y sincera que consiguen quitarte de los ojos la cortina de indiferencia que ha ido levantando la costumbre de verlos cada día.
Yo le había visto un par de veces y siempre me quedaba embobada. Conseguía que viajara hasta un día de mi niñez que pasé en el Parque del Retiro viendo pintar a mi padre en el suelo. ¿Hay algo más democrático y altruista que el arte en la calle?
Sin embargo hoy nos hemos acercado por otra razón. Un grupo de personas se amontonaban a su alrededor, protestando porque una pareja de policías municipales le pedían que se fuese porque ocupaba la vía pública. En seguida nos hemos unido todos a increparles. Ha sido una situación muy triste y vergonzosa.
Parece ser que a nuestra alcaldesa no le va a importar abarrotar la Puerta del Sol de terrazas que llenen bien las arcas del ayuntamiento, y de paso impidan cualquier tipo de manifestación, pero un artista retratando NUESTRO Madrid es una molestia.
El arte, en cualquiera de sus formas, es una virtud que moldea tanto al que lo crea como al que lo observa, que nos conmueve, nos hace pensar o sencillamente nos regala los sentidos.
En todo esto pensaba cuando nos alejábamos del tumulto sin saber como ha acabado. A pocos pasos de ahí, un furgón de la guardia civil se tragaba media acera. Supongo que eso no es estorbo, ni ocupación de la vía pública, no es arte, no es tan peligroso…

Os invito a todos a echar un vistazo al blog de este artista y a su mágica visión de España: