lunes, 25 de marzo de 2013

BIENVENIDOS A TODOS

Foto: Mayte Arnáiz 


  Una ciudad es un ser vivo. Palpita cada una de sus calles. Tiene arterias que a menudo se taponan como consecuencia de una muy mala salud. Fuma gases tóxicos. Duerme poco, aunque cuando lo hace su ritmo se ralentiza y se vuelve calmada. Pasearla es acariciarla, es tocar las cicatrices que el tiempo ha dejado en ella. Aquí un bombardeo, ahí un asesinato, más allá un atentado. También es recorrer la piel que ya han tocado otro amantes que llegaron antes que nosotros; artistas, reyes y putas.

  Tuve la gran suerte de haber dado el primer berrido en Madrid, y desde entonces esta ciudad me ha visto llorar tantas veces como me ha escuchado reír. Ha guardado secretos como la mejor de las amigas, me ha acompañado cuando he querido estar sola. Me alimenta con una vida cultural que a veces creo que no nos merecemos, y cada rincón tiene grabado un recuerdo.
A veces paseo por el Barrio de las Letras preguntándome si mi pié está dando contra la que una vez fue la pisada de Góngora. Pienso que José Cadalso desenterró a su amada para darle un último beso en el cementerio en el que ahora se encuentra la magnífica floristería El Jardín del Ángel. Que cerca del Instituto Italiano, la princesa de Éboli se encontraba en secreto con Antonio Pérez, secretario real de Felipe II, siglos antes de que Mariano José de Larra se volara la cabeza por amor. Sí, Madrid ha sido y es una cortesana ocupada, y sus amantes se cuentan por miles. Yo, me siento afortunada de ser uno de ellos, porque cuando la recorro se entrega a mí de tal manera que parece que ella viva por mí y yo por ella.

  Este diario de Madrid pretende unir el pasado y el presente; anécdotas, imágenes, personajes. Hablaremos de arte, de poesía, de bares y paseos, pero, más allá de todo eso, este diario es una declaración de amor para ti, Madrid, que me encuentras cuando me busco. 

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